Vinagreta para la ensalada


Vinagreta para la ensalada

El mundo de las ensaladas nos abre un abanico increíble de opciones. Existen ensaladas solo vegetales, las más dietéticas y saludables, pero en la mayoría de los casos esto de los vegetales suele ser una primera base para a partir de ahí añadir todo tipo de ingredientes, normalmente proteína, pescados desde el bonito en las más caseras hasta el bogavante en las más glamurosas.

Carnes, embutidos, pollo, perdiz en un rico escabeche. Todo tipo de quesos, huevos en distintas cocciones y una lista interminable a la que seguro que cada uno de vosotros podría añadir sus “propias creaciones”. También está la posibilidad de incorporar a los vegetales o que sean protagonistas los hidratos como la patata, el arroz o la pasta. La posibilidad de incluir frutas naturales o frutos secos también es muy interesante, sobre todo estos últimos ya que además de su sabor y virtudes dietéticas aportan el crujiente a las texturas, tema muy importante a la hora de comer, del que ya hablaremos otro día. Además, puedes añadir una vinagreta para cambiar completamente una ensalada.

¿Cómo preparar una vinagreta base?

  • 1 dl. de vinagre de vino o manzana.
  • 1 cucharada sopera de salsa de soja
  • Una pizca de sal
  • 3 dl. de aceite de oliva virgen

Si mezclamos en este orden, en uno de esos biberones de plástico que puso de moda el gran Ferrán Adrià (y sin los que hoy no podríamos vivir en los restaurantes), la tendremos siempre disponible para emulsionar (agitar) y aliñar nuestras ensaladas. También podremos enriquecerla añadiendo miel, mostaza, mermelada, frutas o hierbas aromáticas, por ejemplo.